Castigo o educación desde la motivación y la confianza.
Las emociones que suelen abordarnos cuando vemos en nuestros hijos conductas que no se ajustan a los parámetros que esperamos, son el enfado, la rabia, la ira, la tristeza… y desde estas emociones no pueden construirse conversaciones productivas ni relaciones de confianza.
Nuestras acciones ante esas conductas no deseadas y con esas emociones, pueden ser el castigo o la educación desde motivación. Podemos elegir, está en nuestra mano.
Si elegimos castigo….
- Sino te comes la sopa, no habrá postre 🙁
- Sino estudias, no podrás jugar a los video juegos 🙁
El castigo provoca rencor y frustración. Los niños se dan cuenta de las incongruencias de los castigos ya que puedes comerte el postre sin haberte comido la sopa, y puedes jugar a los video juegos sin haber estudiado antes. Son acciones independientes.
Otras emociones asociadas al castigo como son la ansiedad, el miedo, la desconfianza, disminuyen la autoestima de los niños, jóvenes y adolescentes.
El castigo tiene la finalidad de eliminar o corregir conductas y comportamientos no deseados pero en realidad no sirve para corregir dichas conductas, pues no enseñamos al niño un comportamiento alternativo. No se analizan las causas de su mal comportamiento ni se conversan las posibles acciones para corregirlo.
Además establecemos una pauta de valores contraria a la que queremos establecer. Le estamos diciendo que los viodeojuegos son lo bueno y lo deseable y el estudio un mal menor.
El castigo es un modelo de conducta basado en la agresión, por lo que el niño aprender a actuar de la misma forma, con sus iguales y en otros contextos.
Únicamente ayuda al niño desarrollar un mayor poder de resistencia y de rebeldía, produce el efecto de enseñar al niño a actuar de una forma diametralmente opuesta a la que queríamos que aprendiera.
Además tiene alcance limitado ya que el niño sólo actuará de forma adecuada ante la presencia del que le está imponiendo el castigo, así pues, de cara al futuro no hemos conseguido nada.
Con el castigo la relación padre hijo se basa en el miedo lo que puede dar lugar al resentimiento, a la falta de confianza y falta de comunicación.
Si elegimos educación desde la motivación, desde la confianza…
Tenemos la responsabilidad de desarrollar actitudes y emociones que favorezcan la presencia de un espacio donde el que el niño se sienta seguro.
Debemos volver a la calma y a la serenidad. Desde estas emociones se pueden generar espacios de confianza donde el niño se sienta escuchado y respetado y desde ahí empecemos a construir mediante conversaciones, nuevas formas de hacer las cosas, nuevas conductas.
- En que emociones debemos estar adulto y niños
Si estamos aún sintiendo emociones de enfado, rabia, ira, tenemos la responsabilidad de buscar la calma y la serenidad, de darnos tiempo, de contar hasta 10
Si el niño esta aún sintiendo emociones tenemos la responsabilidad de acogerle, de tranquilizarle, de darle tiempo para que se calme
Desde la calma ya podemos empezar a abordar conversaciones productivas
- Como debería ser esas conversaciones?
El niño debe sentirse escuchado y comprendido y sólo así estará preparado para hablarnos
No hay que criticar, ni juzgar, ni evaluar, hay que escuchar desde el silencio.
No hay que emitir sentencias ni sermones, ni intentar persuadirles ni convencerles, no le acuses.
Sin juicios se sentirá libre de expresar lo que quiere.
Usaremos un lenguaje claro y adecuado tanto verbal como no verbal.
Los niños crean imágenes a través de las palabras y cuanto mas positivo sea el lenguaje mayor motivación tendrán.
COMPARTIR SENTIMIENTOS
Debemos compartir nuestros sentimientos y permitir que el exprese los suyos.
Nosotros, expresándole que «cuando tú haces esto…, yo interpreto….y me siento así». Y explicándole las consecuencias naturales que conlleva tener esa conducta.
Debemos permitir que exprese sus sentimientos, que nombre las emociones, que explique qué es lo que ha pasado, qué es lo que le llevado comportarse de esta manera.
GENERAR IDEAS
Permitir que el niño exprese las primeras ideas para empezar hacer las cosas de otra manera, como lo harías de otra manera que puedes hacer si vuelven a suceder las mismas circunstancias.
VALORARLAS Y HACER UNPLAN DE ACCIÓN
Y después de escucharlas y valorarlas, decidir juntos qué acciones se pueden llevar a cabo y como os sentiríais con ellas. Hay que negociar y establecer un plan de acción, cuáles se van a poner en marcha, quién es el responsable y cuando se van a poner en marcha.
El tiempo es básico, no dejemos que nos apremie, si no se encuentra la solución es que necesitamos seguir dialogando, necesitamos más tiempo.
Permitir que se equivoquen es una forma de motivación, que experimenten que es lo mas probable que va a pasar si realizan una determinada conducta.
¿Qué pasa si la consecuencia es tremenda, si el riesgo es demasiado alto, si puede producirse un perjuicio irreversible?
Habrá que decir NO, e imponer un NO. En este caso sacrificamos la educación para CUIDARLOS.
La minoría de las veces CUIDAMOS, la mayoría de las veces EDUCAMOS.
Disciplina significa educación, ayudar a las personas a desarrollar su auto control interno, su intención personal y su autonomía. Para que se efectiva la disciplina exige respeto y confianza mutuos.